MIEDOS Y FOBIAS INFANTILES Y SU TRATAMIENTO PSICOLOGICO

Un miedo infantil pierde su utilidad y se convierte en fobia cuando es:schafer-dog-662701__180

-Desproporcionado: El objeto temido no implica ninguna amenaza y es inofensivo.

-Desadaptativo: La elevada intensidad de la respuesta ante el objeto o situación temida, produce un gran malestar, preocupación y síntomas desagradables.

La mayoría de los temores infantiles desaparecen por sí solos sin tratamientos, pasado el tiempo. Para distinguir las fobias de estos miedos pasajeros, el criterio utilizado es que las reacciones del niño deben persistir al menos seis meses en el tiempo, aunque si le produce un gran sufrimiento o tiene consecuencias negativas para su desarrollo, es conveniente iniciar la terapia psicológica antes de esos seis meses.
A continuación, aparece un cuadro con los miedos más comunes durante la infancia

 

Edad

Miedos

0-2 años
  • Pérdida brusca de la base de sustentación, ruidos fuertes, extraños, separación de los padres, heridas, animales, oscuridad.
3-5 años
  • Disminuyen: Pérdida del soporte, extraños.
  • Se mantienen: Ruidos fuertes, separación animales, oscuridad.
  • Aumentan: Daño físico, personas disfrazadas.

 

6-8 años
  • Disminuyen: Ruidos fuertes, personas disfrazadas.
  • Se mantienen: Separación, animales, oscuridad, daño físico.
  • Aumentan: Seres imaginarios (brujas, fantasmas, extraterrestres, etc.) tormentas, soledad, escuela.

 

9-12 años
  • Disminuyen: Separación, oscuridad, seres imaginarios, soledad.
  • Se mantienen: Animales, daño físico, tormentas.
  • Aumentan: Escuela (exámenes, suspensos), aspecto físico, relaciones sociales, muerte.

 

13-18 años
  • Disminuyen: Tormentas.
  • Se mantienen: Animales, daño físico.
  • Aumentan: Escuela, aspecto físico, relaciones sociales, muerte.

 

Las fobias no son genéticas, ni se heredan, simplemente se aprenden: Si un niño ve como su padre nunca sube en ascensor y prefiere subir 10 pisos andando cargado, finalmente aprende por imitación que el ascensor es algo peligroso en el que puede quedar encerrado.

También puede desarrollarse porque el niño ha sufrido una experiencia traumática en su corta vida: Por ejemplo, quedarse encerrado en un ascensor. Sin embargo, si el pequeño observa que sus padres reaccionan con calma y controlan la situación, no debería desarrollar ningún miedo.
Así pues, la principal causa de aparición de una fobia es el aprendizaje por imitación de conductas fóbicas en otras personas.
El niño aprende tambien por experiencia propia, escuchando historias, viendo películas y por observación de otros viendo estos acontecimientos o asustándose en situaciones concretas, bien sea en la realidad o en la ficción.

¿Porqué una vez instaurada una fobia, ésta se mantiene?
En primer lugar porque le proporciona una serie e beneficios importantes, como la mayor atención del adulto: Los padres protegen y ayudan al niño asustado y lloroso, le miman, le cogen en brazos.
Al mismo tiempo le sirve como excusa para no realizar tareas desagradables o aburridas, como ir al colegio ( en la fobia escolar) o al médico.
Así pues con el miedo se gana por partida doble: Se obtiene la atención y los mimos del adulto, a la vez que se libra de obligaciones y responsabilidades.
En tercer lugar existen una serie de miedos que son heredados evolutivamente. Es el caso del miedo a los animales peligrosos: ¿Quién no tiene miedo a un león o a un perro agresivo?. Serían miedos normales en determinadas situaciones pero no cuando sobrepasan una cierta intensidad.

Una vez explicado el porqué se desarrolla una fobia, podemos decir que la la clave del tratamiento es sencilla: El niño debe enfrentarse a la situación temida y comprobar por si mismo que no ocurre nada.
Para ello existen diferentes estrategias de tratamiento psicológico que deben seguir estos pasos:

1. Reducir el grado de temor ante la situación, antes de enfrentarse a ella. Darle información sobre ella (existen sencillos videos en los que se explica al niño cómo es la visita a un dentista o cómo funciona un avión) o enfrentarlo primero a una situación muy sencilla (tirar un pequeño petardo con los padres en el miedo al ruido).
2. Proporcionarle ayudas externas: Acompañar al niño y realizar con él la conducta, para que se sienta seguro.
3. Darle estrategias que le proporcionen seguridad en si mismo, enseñarle técnicas de relajación y autocontrol, decirse frases tranquilizadoras (autoinstrucciones) mentalmente o proporcionarle un objeto querido.
4. Motivar al niño, darle refuerzo positivo cuando logre la conducta y no castigarle o reñirle si comete errores. Hay que corregir esos fallos de modo comprensivo y suavemente.

Es fundamental fomentar la autonomía personal, ya que la dependencia excesiva de los adultos crea niños inseguros. Debemos reforzar su comportamiento independiente, su curiosidad, responsabilidad e iniciativa personal, ya que son las bases de una correcta educación en todos los ámbitos.

Estas claves en la educación infantil nos ayudaran a prevenir no solo la aparición de fobias sino de otros muchos trastornos. No olvide que debe:

1. Educar de modo positivo, empleando elogios y refuerzo positivo en lugar de amenazas o chantajes.
2. Emplee el castigo solo en situaciones excepcionales, y ante conductas peligrosas.
3. Realizar cambios graduales ante nuevas situaciones: Por ejemplo, incorporarlo progresivamente a la escuela infantil (unas pocas horas al principio, llevarlo antes para que conozca el colegio y a los educadores…).
4. Prepararle para afrontar momentos difíciles como una operación quirúrgica, visita a un médico o la muerte de un ser querido. Tener mascotas ayuda a que el niño tenga estas primeras experiencias con el concepto de muerte.
5. No le de sustos repentinos, por ejemplo sustos a oscuras sin que el niño lo espere y cuando aún es muy pequeño.
6. Supervise y controle las películas y programas de T.V que ve su hijo. No está preparado para filmes de terror o violencia.
7. Disimule sus propios miedos delante de él.Recuerde que de padres miedosos aprenden los hijos a ser miedosos.
8. Muéstrele ejemplo y léale lecturas donde los niños protagonistas superan sus temores. Son útiles los cuentos infantiles
9. Refuerce sus comportamientos valientes.
10. No pierda la calma ante sus reacciones, por ejemplo, ante una rabieta incontrolada en la visita al dentista.
11. Muy importante: Ayude a su hijo a solucionar sus problemas, no se los solucione usted.

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