TRASTORNOS DEL SUEÑO: INSOMNIO

imagesLa denominación Trastornos del Sueño abarca un conjunto de más de cien trastornos, los cuales pueden agruparse en cuatro categorías:

 

  1. Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido: Insomnio.
  2. Problemas para permanecer despierto : Hipersomnia.
  3. Problemas para mantener un horario regular de sueño.
  4. Comportamientos inusuales durante el sueño que interrumpen el mismo: Parasomnias.

Vamos a analizar cada uno de ellos, centrándonos fundamentalmente en el insomnio.

 HIPERSOMNIA

Consiste en la somnolencia excesiva tanto durante la noche, durmiendo muchas horas, como durante el día. Debe producirse al menos durante más de un mes y no obedecer a una falta de sueño o a un trastorno puntual.

Suele estar causado por alguna enfermedad (hepática, respiratoria, renal, infecciones o fiebre) o debido a la ingestión de fármacos.

HORARIO IRREGULAR

Se produce cuando no se mantiene un horario constante de sueño y vigilia, lo que llega a crear un desequilibrio en el organismo.

Se da en personas que trabajan de noche, tienen un horario de trabajo rotativo o viajan cruzando zonas horarias distintas.

PARASOMNIAS 

Se trata de sucesos extraños que se producen durante el sueño.

Los más frecuentes son hablar durante el sueño, o cierta confusión tras un despertar brusco.

La mayoría de ellas son benignas y se dan en la infancia y adolescencia, aunque en algunas ocasiones pueden continuar en la vida adulta.

INSOMNIO

Se define como la incapacidad para conciliar o mantener el sueño adecuadamente según las necesidades físicas de cada persona. No tiene que ver con las horas que durmamos, ya que cada persona tiene unas características y no puede generalizarse, sino que va a depender de la edad, trabajo, hábitos de vida, ejercicio físico…

Aunque se ha establecido como lo más recomendable el intervalo comprendido entre las 7-9 horas, no debemos obsesionarnos con estas cifras, sino que es más importante un sueño reparador que las horas que durmamos.

Es uno de los trastornos más frecuentes entre la población general y el principal responsable del consumo de fármacos entre los adultos.

Podemos clasificar el insomnio, según su duración, en tres tipos:

  • Ocasional o transitorio: dura solo una o varias noches.
  • De corta duración: se prolonga por espacio de una a tres semanas.
  • Crónico: aquél que se prolonga más de tres semanas en el tiempo.

Los dos primeros suelen deberse a causas externas y puntuales que todos hemos padecido alguna vez a lo largo de nuestra vida y suelen desaparecer por sí solos.

En el caso del insomnio crónico suele existir un problema fisiológico que se encuentra a la base del mismo.

¿Cómo podemos saber que padecemos insomnio?

Si usted padece alguno de estos síntomas, probablemente padezca este trastorno:

  • Le cuesta dormirse cuando así lo desea.
  • Se despierta frecuentemente durante la noche y le cuesta volver a dormirse.
  • Se despierta muy temprano por las mañanas de modo repentino y ya no puede volver a dormirse.
  • Siente que, a pesar de haber estado varias horas durmiendo, su sueño no ha sido reparador y se levanta cansado.

Causas del insomnio

  • Edad: está demostrado que el envejecimiento provoca una reducción del tiempo total del sueño, una menor eficiencia del mismo, un aumento de los despertares nocturnos y una mayor somnolencia diurna.
  • Estilos de vida: el horario de sueño del paciente no coincide con el que se considera normal o apropiado en nuestra sociedad. Suele producirse por motivos laborales o de ocio.
  • Ingesta de medicamentos: existe una gran cantidad de fármacos que provocan insomnio.
  • Problemas y trastornos psicológicos: ansiedad, depresión y otros trastornos psiquiátricos.
  • Consumo de bebidas alcohólicas.
  • Malos hábitos de sueño.
  • Trastornos físicos: Síndrome de apnea del sueño; Síndrome de piernas inquietas y síntomas orgánicos (dolor,  disnea, calambres…).

Tratamiento

Debe ir precedido de una completa historia clínica, ya que éste debe ser personalizado y se trata de encontrar la causa principal y primaria del mismo.

Consiste en medidas higiénicas (reeducación del sueño), técnicas conductuales (relajación, respiración profunda, visualización) y administración de fármacos cuando sea estrictamente necesario.

Normas prácticas para la reeducación del sueño

  • No se vaya a la cama hasta que no tenga sueño.
  • La cama es solo para dormir, no para comer, leer o ver la televisión. Debemos asociar el estímulo cama con la conducta de dormir.
  • Si a los 30 minutos no ha logrado dormirse, levántese y váyase de la habitación al salón hasta que nota que le viene el sueño.
  • No duerma nunca una siesta de más de 30 minutos y siempre al principio de la tarde.
  • No tome cenas abundantes e intente hacerlo dos horas antes de acostarse.
  • Evite el consumo de alcohol, tabaco, café u otras bebidas excitantes.
  • Realice ejercicio físico regular, pero no intenso, antes de irse a dormir. Un ligero paseo es suficiente. Si no ha tenido una cierta actividad diurna, no pretenda estar cansado para dormir.
  • Procure que la habitación esté ventilada,  con una temperatura adecuada, utilice ropa cómoda y procure que la almohada y la cama sea lo más cómoda posible. Debe estar a oscuras, sin ruidos ni temperaturas extremas.

Deja un comentario